miércoles, 2 de abril de 2008

El Desayuno tu mejor aliado

No tienes tiempo, ni hambre y encima te has levantado de mal humor… A menudo solemos descuidar el desayuno. Un fallo, porque el desayuno es la comida más importante, tanto para el desarrollo del día como para el equilibrio alimentario global.

Todavía te resistes a las tostadas con café? El desayuno es tan importante como la comida o la cena y tiene unas funciones muy precisas:
> Tonificar las células. Tras una noche de ayuno, el organismo necesita agua, proteínas, lípidos y carbohidratos, pero también vitaminas y minerales para asegurar una reposición celular.

> Preparar la jornada. Durante la noche, el cuerpo crea continuamente glucosa para que los órganos vitales puedan funcionar. Por la mañana tenemos que recuperar toda la energía.

> Regular el apetito, por tanto, el peso. Cuando nos saltamos el desayuno favorecemos un sistema de compensación por el organismo, de este modo, el cuerpo reserva la grasa aportada en otras comidas. Está científicamente demostrado que las personas que no desayunan son las que más problemas de peso tienen.

El desayuno es una de las comidas esenciales. Debe cubrir el 25% del aporte energético diario, es decir, entre 350 y 450 calorías según las necesidades diarias de cada uno.

Para garantizar que este sea variado, debe contener lo siguiente:

> Una bebida, para el agua. Beber por la mañana permite limpiar el organismo, algo necesario tras pasar la noche. Puedes tomar un vaso de agua fresca y luego un café o un té, preferiblemente sin azúcar.
> Una fruta, para las vitaminas y los minerales. Es mejor si tomas una pieza de fruta en vez de sus derivados en zumos o compotas. Contienen más fibras y menos azucares, así que sacian más.
> Un producto lácteo, para las proteínas y el calcio. Un yogurt, leche, queso fresco… Da lo mismo, siempre y cuando sea semidesnatado y natural. También se pueden reemplazar por otro alimento proteínico como una rebanada de jamón, un huevo o queso, siempre y cuando puedas eliminar o reducir la grasa.
> Cereales, para los azucares lentos. Pan, cereales, bollería, pan de leche…: proporcionan almidón al organismo y evitan así los bajones. Si tomas pan, le puedes añadir materias grasas crudas (mantequilla) o azucares simples (mermelada o miel).

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