miércoles, 30 de septiembre de 2009

El uso adecuado del sauna

Esta tradición nacida en Escandinavia hace 2.000 años ha ido invadiendo poco a poco nuestro spas, institutos, clubs de gimnasia y centros de talasoterapia, sin olvidar el número creciente de individuos que la instalan en su domicilio. Un baño de vapor seca con numerosos beneficios… si se practica siguiendo las reglas.
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El principio
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Una sauna es una pequeña cabaña de madera o una habitación en la que se toma un baño de vapor seco. En este lugar cerrado, una estufa de madera -o eléctrica- calienta piedras para sauna en un receptáculo. Una vez acumulado el calor en estas piedras (especiales, ya que no explotan con los choques térmicos), se vierte encima una gran cantidad de agua para producir una nube de calor.Al contrario del hammam, la sauna es seca, entre el 3 y el 20% de humedad. Por ello las temperaturas son más elevadas: de 80 a 90°C de media.
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Las normas de uso
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En una sauna, la desnudez es la norma: cualquier tipo de ropa o bañador dificultaría la evaporación del sudor y plantearía problemas de higiene. En cambio, se debe poner una toalla entre el banco y la piel para protegerse del calor y absorber la transpiración. Según las normas, una sesión de sauna debe durar entre la 1 hora y media y 2 horas, y debe contener de 2 a 3 fases.
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Todo empieza obligatoriamente con una ducha con jabón de los pies a la cabeza. Este aseo tiene un triple objetivo: eliminar los gérmenes y las bacterias, calentar el cuerpo (particularmente las extremidades) para evitar un choque térmico al entrar en la sauna y limpiar la piel para facilitar la transpiración.
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Una vez bien enjabonado, se puede dar el primer paso en la sauna. Hay que sentarse sobre la toalla, preferentemente con los miembros (brazos, piernas, pies…) al mismo nivel y procurar relajarse. La respiración se vuelve más profunda, el ritmo cardíaco y la circulación sanguínea se aceleran y los vasos sanguíneos dilatan. Se debe salir en cuanto el sudor se deslice por el cuerpo. Esta primera fase no debe exceder los 15 minutos.
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Entonces, hay que ducharse de nuevo con agua tibia o fresca, secarse y concederse unos minutos de descanso estirándose. Entonces puede contemplarse un segundo paso en la sauna, de una duración equivalente al primero. Al salir, el protocolo es el mismo: ducha, secado y vuelta a la calma para el descanso.Si te sientes capaz, puedes contemplar el tercer paso. Debe ser interrumpido en cuanto sientas cansancio. Después de esta última sesión, se debe hacer un descanso de, al menos, 20 minutos.
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Dado el fuerte calor que reina en una sauna, la pérdida de agua por transpiración puede ser superior a 1 litro por hora y la temperatura corporal puede subir hasta los 40°C. Para compensar esta deshidratación, es indispensable beber agua entre las entradas a cabina.
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Las contraindicaciones
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Dado que la sauna favorece la dilatación de los vasos sanguíneos, no se aconseja su práctica en personas que sufren hipertensión, insuficiencia venosa, problemas cardíacos y enfermedades cardiovasculares. Es mejor consultar a tu médico en caso de insuficiencia renal o de epilepsia. Por otro lado, esta práctica está prohibida en mujeres embarazadas. Queda prohibido el consumo de drogas, de alcohol o de medicamentos.Como medida de seguridad, durante una sesión de sauna es esencial escuchar a tu propio cuerpo, salir a la más mínima señal de alerta, respetar las normas de uso y no saltarse las etapas.
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Los beneficios
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Gracias a su elemento esencial, el calor, una sesión de sauna tiene como primer objetivo relajar, eliminar las tensiones físicas y mentales. Es excelente para eliminar el estrés y el cansancio nervioso. Al acelerar la sudoración, la sauna facilita la eliminación de las toxinas del organismo, flexibiliza los músculos y purifica la piel.Sin embargo, no es un gran aliado para adelgazar, porque los kilos que se pueden perder en una sesión son de agua, ¡no de grasa!
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Fuente: Enfemenino.com

lunes, 28 de septiembre de 2009

Epidural

Para algunas mujeres experimentar el dolor y controlarlo es una experiencia enriquecedora. Para otras, el dolor es insoportable. La epidural alivia el dolor y permite que el parto se desarrolle con serenidad.
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¿Qué es la epidural?

La epidural es una anestesia local que se utiliza en los partos para todas aquellas mujeres que no desean sufrir dolor. La anestesia epidural es un analgésico que se aplica en el espacio que hay entre dos vértebras de la lumbar.

Aplicación

Cuando las contracciones son cada vez más frecuentes y más dolorosas, el médico inyecta la anestesia a la paciente en la espalda mientras ésta está tumbada de lado o sentada en la cama: inserta la aguja entre dos vértebras hasta alcanzar la zona peridural que rodea la médula espinar.

Se introduce con un catéter de forma progresiva, se inyecta la anestesia y se controlan la tensión arterial y el ritmo cardíaco. En unos 10-15 min el dolor de las contracciones empieza a disminuirse.

A saber

-Como con todas las anestesias, la epidural tiene que inyectarla un anestesista. Para ello es necesaria una consulta previa con el anestesista varias semanas antes al parto. Es indispensable que éste conozca tu historial médico para determinar que no existan contraindicaciones.

-La epidural se puede aplicar hasta que el cuello del útero esté dilatado 6-7 cm. Por tanto, tienes casi hasta el último momento para tomar la decisión.

-A no ser que exista contraindicación alguna (fiebre, infección de espalda, problemas de coagulación, enfermedades neurológicas…), todas las mujeres pueden recurrir a la epidural.

-Si el parto se realiza por cesárea, también se pueden utilizar la epidural. No es necesario aplicar la anestesia general salvo si el estado de la paciente lo exige.

Ventajas

-La epidural permite que el parto sea más armonioso y menos agotador.
-La madre está consciente, por tanto, es más eficaz: todos los músculos funcionan, lo único que se para es la transmisión de dolor.
-La madre podrá recuperarse con más rapidez y podrá levantarse pasadas unas 4-5 horas tras.

Inconvenientes

-Puede tener efectos secundarios, pero normalmente son leves. Los accidentes graves se dan muy ocasionalmente.
-Puede haber complicaciones, poco comunes, debido a una inflamación de los tejidos dañados por la inyección o una infección por un germen hospitalario. El producto inyectado también puede provocar alergias o intolerancia.
-En ocasiones, tras una inyección epidural, las meninges se pueden inflamar ligeramente lo que puede ocasionar dolores cuando se estire la espalda. Los síntomas desaparecen en algunos meses.
-En cuanto al riesgo de parálisis, suele ser más bien una idea preconcebida: la epidural se inyecta alrededor de la médula pero no en la médula. Para quedarte paralizada tendría que dañarse la médula espinar o un gran número de nervios y es algo impensable con la técnica que se utiliza.

Otras soluciones para superar el dolor del parto

Algunas mujeres han probado con la sofrología, la acupuntura o los masajes para tolerar mejor el dolor. También se puede utilizar la anestesia general, pero apenas se utiliza ya que así, la madre no puede “vivir” el parto.

Fuente: enfemenino.com

jueves, 24 de septiembre de 2009

Problemas sexuales femeninos

Falta de deseo, dolores, dificultades para llegar al orgasmo… Los problemas de la sexualidad femenina son numerosos. Sin embargo, muchas veces se ignoran.

Falta de deseo, dolores, dificultades para llegar al orgasmo… Los problemas de la sexualidad femenina son numerosos. Sin embargo, muchas veces se ignoran. He aquí un pequeño tour panorámico de las principales disfunciones y algunos consejos para una sexualidad plena.

Sequedad vaginal
En ocasiones pasajera, se trata de un verdadero problema para la vida sexual. Se trata de una falta de lubricación en la vagina, lo cual produce una penetración desagradable e incluso dolorosa. Generalmente debida a modificaciones hormonales, afecta a las mujeres jóvenes pero también a las mujeres adultas después del embarazo o la menopausia. Asimismo, el estrés, la toma de ciertos medicamentos, una higiene íntima demasiado agresiva o bien el alcohol o los cigarrillos pueden afectar el mecanismo de lubricación mucosa.

Las soluciones: al principio, un lubricante a base de agua podrá aliviar la incomodidad. Después, según el caso, se podrá prescribir un tratamiento hormonal. Sin embargo, se suele notar una cierta precipitación durante el acto sexual por parte de la pareja o necesidad de tiempo del cuerpo de la mujer. Cuidar bien los preliminares es una manera agradable de aumentar el deseo y permitir a la vagina que se lubrifique de forma natural para facilitar la penetración.

La dispareunia: una penetración dolorosa
Se habla de dispareunia cuando se siente dolor, más o menos intenso, en el momento de la penetración. El origen de este dolor puede ser orgánico (después de un parto, por ejemplo), infeccioso (micosis, cistitis, herpes, MST…) o incluso psicológico. Asimismo, puede resultar de un fenómeno poco conocido llamado vestibulitis: se trata de una inflamación del vestíbulo, es decir, de la parte situada en el interior de los labios internos.

Las soluciones: muy molesta para la vida sexual de la pareja, estos dolores se deben localizar (en el interior o exterior de la vagina, más o menos profundo…) e identificarlos. Se pueden prescribir antibióticos en caso de infección, pero normalmente el miedo al dolor provoca, con el tiempo, miedo a mantener relaciones sexuales, lo cual causa bloqueos más profundos. Consultar a un psicólogo permite superar estas aprensiones y volver a disfrutar plenamente de la sexualidad.

El vaginismo o rechazo a la penetración
El vaginismo se traduce en una contracción involuntaria de los músculos del perineo y de la vagina. Aunque los órganos genitales sean normales (reaccionan perfectamente a la excitación y se puede obtener el orgasmo mediante la estimulación del clítoris), por reflejo, el orificio vaginal se cierra, impidiendo cualquier penetración. El vaginismo también imposibilita el examen ginecológico, así como la utilización de tampones durante las reglas.

Las soluciones: en el 90% de los casos, la causa del vaginismo es de orden psicológico. Puede ser causa de un traumatismo, de miedo o fobia a la sexualidad, o por bloqueo psicológico debido a una dispareunia severa. El objetivo de la terapia es, ante todo, relajar los músculos de la vagina. Después la mujer debe reapropiarse de su sexo para volver a una vida sexual normal.

La anorgasmia: cuando el orgasmo se hace esperar
Son numerosas las mujeres que se quejan de no conocer el orgasmo vaginal. En estos casos no se habla de anorgasmia total o ausencia de orgasmo. Ese término se utiliza para aquellas que no conocen ni el orgasmo del clítoris ni el orgasmo vaginal. La anorgasmia puede aparecer desde el primer momento en la sexualidad, pero también puede afectar a las mujeres más mayores durante su vida sexual. Compleja, la anorgasmia se relega a ciertas situaciones o ciertas parejas.

Las soluciones: igual que muchos otros problemas sexuales femeninos, la anorgasmia tiene un origen psicológico. Por lo tanto, se debe tomar el camino de la psicoterapia. Tras haber encontrado el origen del bloqueo físico, deberá desarrollar su sensibilidad sexual y apropiarse de las sensaciones eróticas.

La frigidez o ausencia de placer
Más allá del orgasmo, la frigidez se define por la ausencia total de placer sexual. Se traduce en ausencia de pensamientos eróticos, mientras que el cuerpo no reacciona a ninguna forma de estimulación: los órganos genitales no responden a las caricias ni a la excitación y la vagina permanece seca. Las relaciones sexuales se viven como un deber, incluso como un fastidio y se practican con indiferencia.

Las soluciones: también para estos casos, un buen trabajo psicoanalítico puede proporcionar la llave para desbloquear la situación. Se trata de que la mujer comprenda por qué es insensible a toda forma de placer físico y sexual, y para la pareja, de volver a aprender a comunicarse. El objetivo de este tratamiento es que la mujer frígida descubra sensaciones nuevas (o olvidadas) y aprenda a abandonarse a ellas.

Fuente: Enfemenino.com

lunes, 21 de septiembre de 2009

Superar una separación

Conflictos, baja de sentimiento amoroso o incluso falta de comunicación: a veces pasa que la única solución es la separación. Y en este tema no hay ganador, ya que cada uno de los miembros pasa una página importante de su historia. Te mostramos cómo reaccionar lo mejor posible frente a una separación.

Las causas de la ruptura
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Actualmente, una de cada tres parejas se separa. No importa si se trata de matrimonios, de parejas que conviven o de simples amantes. Las causas de desacuerdo más perjudiciales para la pareja son múltiples. La mayoría de las veces, se trata simplemente una baja de deseo hacia el otro vinculada a la pérdida del sentimiento amoroso. En otros casos, las parejas se ven prisioneras en un agobio creciente, y se acaba percibiendo que los compañeros no son dobles, sino dos personalidades distintas, con emociones divergentes. Los enamorados fusionales también pueden ver cómo su relación se hace pedazos cuando un acontecimiento importante sobreviene en su existencia, como la llegada de un bebé, a menudo llamada baby clash. Para algunos, también es una ausencia de proyecto de vida lo que acaba de hundir su relación: la espontaneidad del principio se ve reemplazada por la monotonía de la vida diaria, de donde surge una falta de motivación por construir a una familia y avanzar en la vida de pareja. Por último, para muchas parejas, se trata de una falta de comunicación que comporta frustraciones y conflictos a menudo irreparables.


Cómo reaccionar frente a una separación

• Si es tu pareja quien te deja…
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Muy a menudo, la que se ve abandonada vive mal la situación. Y con razón: además de la pérdida de la persona querida, la separación conlleva una pérdida de la autoestima y una cierta fragilidad. - Supera la crisis: lo más urgente es asegurar tus adquisiciones, materiales y relacionales. La reflexión de fondo debe venir más tarde. El dolor y la pena son naturales, así que no sirve de nada hacer como si todo fuera bien. ¡Si las lágrimas suben, déjelas caer! Y, sobre todo, acepta el apoyo de tu familia y de tus amigos.

- ¡Deja de darle vueltas!: independientemente de lo que haya podido pasar, para de pedirle excusas a tu ex, deja de odiarle y para de rememorar vuestros buenos momentos como si fueras una niña. Intenta hacerle el vacío y deja de sufrir para pasar a otra cosa.

- Cambia tus ideas: es inútil encerrarte en ti misma. Acepta salir con tus amigas y multiplica las actividades que hagas (deporte, arte, cultura, restaurantes, cine…) con el fin de reaprender a unir lazos con desconocidos y a aumentar tu círculo de relaciones. Y, si su trabajo te apasiona, ¡entrégate a fondo! Sentirás una satisfacción inmediata y recobrarás la confianza en ti misma más rápido.

- ¿Cómo actuar frente a tu ex? Puedes volver a verlo. Pero si ves que eso no hace más que reavivar la llama, que sientes nostalgia o incluso que no te ves capaz de guardas las distancias, ¡olvídalo! Hay un gran riesgo de que se cree una amistad amorosa. Entonces, reinará la ambigüedad, lo que te impedirá empezar cualquier relación con otra persona. Y si el corazón te lo dice, no dudes en quedar con compañeros nuevos, aunque sean historias de corta duración. Si la cosa no acaba en una relación seria, por lo menos te servirá para reconciliarte con tu seducción.

- Recurre a una ayuda terapéutica si es necesario: si sientes que poco a poco vas cayendo en la depresión, mejor consulta a un psicólogo. Así, podrás ser escuchada por una persona neutra y acostumbrada a ayudar a personas que viven un mal trago.

• Si eres tú quien deja a tu pareja…
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Has tomado la decisión y has informado a tu pareja. Primero te sientes aliviada y orgullosa de tu coraje, pero a menudo te sobrevienen incertidumbres…

- ¡No te culpabilices!: a veces, la determinación da paso a las dudas, a una necesidad natural de retractación e incluso a un fuerte sentimiento de culpabilidad. Puede que te sientas culpable por acabar una historia que posiblemente habría funcionado si te hubieras esforzado y si hubieras olvidado ciertos “detalles”… ¡No! Has pensado detenidamente esta decisión, viene de lo más profundo de tu ser, como una liberación. Confírmate que es una buena decisión. Y, sobre todo, si tienes hijos, piensa que es preferible tener padres separados que padres que no paran de pelearse o de ignorarse.

- Amor, tómate tu tiempo: excepto si ya has encontrado a alguien, no te lances a cuerpo perdido en una historia nueva o, al menos, ten cuidado y no vayas demasiado rápido. Muy a menudo, el hombre que sucede a tu amor se considera una relación de “transición”…

- Debes saber cuestionarte: ¿por qué ya no te convenía? ¿Por qué ha podido instalarse entre vosotros tal desavenencia? Es esencial que puedas responder a estas preguntas. En primer lugar, para no volver a cometer los mismos errores y, en segundo, para saber lo que realmente esperas de la vida, de un hombre y de una relación amorosa.

• Con tu ex…
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Una vez más, todo depende de tu determinación. Es importante saber lo que esperas de tu ex. Evidentemente, si tenéis hijos en común, es mejor calmar los humos y tratar de mantener una relación cordial, por el bienestar y la abertura afectiva de tus pequeños.

Fuente: Enfemenino.com

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Cuidar la línea: consejos para nuestros chicos

Sus ventajas
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La naturaleza lo ha decidido así: hombres y mujeres no son iguales cuando se trata del peso. Los hombres tienen ventaja:

- Queman de manera natural más calorías que las mujeres. Así, poseen más músculos y menos tejido adiposo que ellas (del 10-15% de grasa frente al 20-25%), y es precisamente la masa muscular la que consume más energía.

- Adelgazan rápido. Con el mismo régimen que una mujer adelgaza 3Kg, un hombre pierde 5. En un hombre, la velocidad de adelgazamiento es un 25% superior a la de una mujer. Además, en general han seguido menos regímenes que las mujeres y pierden, por consiguiente, más fácilmente. Los organismos de éstas últimas se vuelven resistentes a las restricciones alimenticias.

- Raramente sufren trastornos del comportamiento alimenticio, bulimia, anorexia, compulsiones, picoteos... Su relación psicológica con la alimentación no suele ser muy complicada. Ahora bien, a menudo es precisamente esto lo que les hace coger peso.

- Su grasa es menos resistente. Es así, los adipocitos son más fáciles de desalojar cuando están situados en el vientre que en los muslos, las nalgas, las caderas...

Sus inconvenientes
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- Sus gustos. Los hombres se sienten en general muy atraídos por los alimentos ricos en grasas: carnes rojas, charcutería, quesos... Desde muy jóvenes, prefieren los alimentos feculentos a las verduras y los pasteles a las frutas. Además, son buenos consumidores de alcohol, muy calórico.

- Su voracidad. Cuando comen, lo hacen en gran cantidad. Cuando les apetece, no dudan en servirse más.

- Su falta de motivación. Menos enganchados a la báscula que las mujeres, dejan que los michelines se instalen sin que ello les ocasione ningún estrés, ni que levanten por ello ni un solo dedo.

Sus necesidades
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Guardar la línea o perder algunos kilos no es lo mismo para un hombre que para una mujer. Los organismos son diferentes, por lo que las necesidades también. Es importante respetarlas:

- Debido a que el hombre es más musculoso y más grande que la mujer, necesita al menos 1.600-1.800 Kcalorías al día para adelgazar, mientras que ellas tienen que contentarse con 1400-1500Kcal/día si quieren perder peso.

- Él tiene que variar al máximo su alimentación con el fin de evitar toda carencia en fibras, carotina, magnesio, selenio o vitaminas B9, C y E, los micronutrientes que a menudo les faltan. En el menú habrá entonces: más frutas y verduras, más pescado y más aceites vegetales (colza, oliva...).

- Para satisfacer su apetito, en cada comida se tiene que conceder buenas raciones de carne o de pescado y cantidades suficientes de féculas, pero evitando las salsas y otros aliños de materias grasas. También tiene que aumentar de manera significativa su consumo de frutas y verduras.

Dieta para que un hombre joven guarde o recupere la línea

Desayuno
Bebida caliente sin azúcar o edulcorada
40g de cereales (muesli, copos de maíz...) con un poco de leche descremada.
1 yogur natural o 100g de queso blanco de 0% no azucarado o edulcorado.
1 pieza de fruta fresca
1 rebanada de pan con mantequilla
1 huevo o 1 loncha de jamón york

Comida
1 plato de ensalada con una cucharada sopera de vinagreta Light
150g de carne o pescado
120-150g de hidratos de carbono.
Tantas verduras como quiera
40g de queso + 50g de pan (opcional)
1 pieza de fruta fresca
1 vaso pequeño de vino tinto (opcional)

Cena
1 bol de sopa
120g de carne o pescado
Verduras a voluntad
1 porción de materias grasas (aceite, mantequilla…)
100-120g de hidratos de carbono cocidos (patatas, arroz…)(opcional)
50g de pan
1 producto lácteo (queso fresco, queso blanco o yogur) no azucarado o edulcorado
1 pieza de fruta
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Fuente: Enfemenino.com

domingo, 13 de septiembre de 2009

¿Cómo llevar una bajada de líbido?

En un principio, no te has dado cuenta de su ausencia pero notas que te falta algo... ¿Pero el qué? Tu libido. Existen medios para despertarla y sobre todo para comprender mejor por qué tu deseo está de capa caída. Explicaciones:
¡Tranquilízate!

Esta bajada o ausencia de ganas de hacer el amor no tiene que aterrorizarte. Es normal y no significa que hayas sacado un billete sin retorno para ‘Nosexland’ (la tierra sin sexo). Se trata a menudo de un pequeño momento crítico que le llega a la gran mayoría de las mujeres y en momentos bastante precisos de su existencia. Pero cuidado, es importante tratarlo para salir del círculo vicioso que podría instalarse. Lo ideal es identificar el origen de este pequeño barbecho para gestionarlo mejor y para encontrar soluciones adecuadas.

Un problema médico

Hay causas fisiológicas que pueden explicar esta bajada de la libido, por ello conviene que visites a tu médico de cabecera para que te haga un chequeo, gracias a él podrá descubrir un eventual problema de salud.

- Un desarreglo hormonal importante puede hacer caer la libido. Es importante consultar a tu médico que te tomará una muestra de sangre con el fin de identificar y restablecer todo desarreglo.

- La toma de la píldora también puede tener una incidencia sobre el deseo si la posología no es la correcta. En este caso, tu médico podrá corregir la dosis o bien cambiarte de anticonceptivo.

- Un tratamiento alopático: algunos medicamentos, como los antidepresivos, los tranquilizantes u otros tratamientos de medicamentos pueden explicar esta desgana. Muy a menudo, su simple interrupción, prescrita por supuesto por un profesional de la salud, permite que todo vuelva a la normalidad.

- Una depresión: auténtica enfermedad, se acompaña desgraciadamente muy a menudo de una pérdida de deseos, de cualquier ámbito. Y especialmente sexual. Puede estar provocada por un traumatismo emocional o llegar sola, sin una causa aparente. No hay que dejar que se instale, es importante decírselo rápidamente a tu médico que te dirigirá hacia unos buenos interlocutores con el fin de establecer un diagnóstico y la puesta en marcha de un seguimiento terapéutico.
A saber: la bajada de la libido no es sólo una consecuencia de la depresión sino que puede ser también uno de sus síntomas.

Factores psicológicos

- La fatiga, el estrés: son dos elementos claves que muy a menudo nos ocasionan pequeños disgustos en nuestra vida cotidiana. La solución es simple: tomarse las cosas con calma. Hay que ser paciente con esta bajada de libido y sobre todo con uno mismo. Hay que cuidarse, relativizar los orígenes del estrés, mimarse y no dejarse desbordar más. Y sobre todo ¡quitarse la culpa! El hecho de no tener ganas nos hace estresarnos más y el horrible círculo vicioso se pone en marcha. Lo mejor es concedernos un plazo de tiempo y establecer momentos para los mimos y las caricias que pueden hacer renacer nuestro deseo sexual. Dejamos a los niños con los abuelos, nos escapamos un fin de semana con nuestra pareja, nos desconectamos del mundo exterior...

- Un acontecimiento impactante: la pérdida de un empleo, la muerte de alguien cercano, un traslado o una ruptura amorosa... son muchos los factores que te hacen sentir tan sexi como el palo de una escoba. Estos desórdenes emocionales son causas suficientes para desconcertarnos y provocar la caída a toda velocidad de tu libido. No hay que asustarse, incluso con ello se aprende a aceptar que esta disminución del deseo forma parte del proceso post-traumático. Si ves que dura demasiado tiempo o si sientes que puedes caer en un estado depresivo, no dudes y consulta.

- Los trastornos en la pareja: si algunos encuentran excitantes los gritos y las provocaciones, para la mayoría de nosotras, las situaciones conflictivas hacen que se venga abajo todo deseo por el otro.

Los conflictos, las discusiones, los desacuerdos o incluso la confesión de un engaño terminan por dañar una relación y las ganas de acercarse físicamente. Por suerte, la mayoría de las fases de conflicto no son eternas. Intenta restablecer cierta calma entre tú y tu pareja, buscar momentos agradables para estar tranquilos y tratad de reestablecer el placer de estar juntos. Sin olvidar las ventajas de la famosa “reconciliación en la cama”... Y ¿quién sabe si vuestras tensiones venían quizá de esta ausencia de intimidad entre vosotros?

Recuerda: si los conflictos con tu pareja son graves y están demasiado anclados, una barita mágica no podrá solucionarlo todo. Piensa que quizá podéis someteros a una terapia de pareja.

- La mala imagen de una mismo: algunos kilos de más, un pelo que sobresale, una retirada forzosa del trabajo y te sentirás por los suelos. Una visión negativa sobre una misma mata totalmente las ganas de compartir momentos de intimidad con una persona que, sin embargo, no percibe estos pequeños defectos que a ti te paralizan.
¡Nos recuperamos! Dieta equilibrada, deporte, algunas compras, peluquería, esteticién. Nos ocupamos de nosotras con mimo y aceptamos los cumplidos que nos echan. ¡Nuestro amor propio remonta la pendiente y nuestra libido retoma el camino!

- El olvido: pasan los días, las semanas y, si no hubiera nadie para recordarte que todo es bueno y natural, no pensarías en ello más que de tiempo en tiempo. La ausencia de estímulo puede silenciar el deseo. Abrazos, caricias, lecturas pícaras, envíos de sms un poco calientes, en fin, ¡muévete! Deja que el deseo aumente poco a poco.


¿Cómo manejar esta bajada en la pareja?
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Siendo honesta. No te inventes falsos pretextos, eso no sirve para nada y nadie se dará cuenta de que mientes. No conseguirás más que aplazar el problema sin resolverlo. Explícale a tu compañero que no es nada personal, que es pasajero o sugiérele cómo, según tú, puede ayudarte a salir de esa situación. Pídele que sea más estimulante, que vuelva a ese romanticismo del principio. También puedes pedirle que tenga paciencia. Pero por piedad, ¡deja de jugar la carta de la “migraña”! No sólo no lo cree nadie sino que además, ha sido demostrado que ¡un buen orgasmo puede hacerla desaparecer en un tris!

Fuente: Enfemenino.com

jueves, 10 de septiembre de 2009

Ser padre: lo que cambia para él tras la paternidad

Ser padre, lo que cambia entre vosotros

- A sus ojos, ya no encarnarás a la mujer amada sino a la madre. Y eso es un gran cambio que puede perturbar a más de un padre. La pareja, que hasta entonces tenía una dimensión fusional y romántica, tiene ahora que integrar a un nuevo ser. La relación con este niño va a interferir (más o menos, según las parejas) en el centro de la relación amorosa.

- Igualmente puede afectar al erotismo de la pareja si el padre no consigue integrar esta modificación del papel de la mujer. Además, algunos padres que asisten al parto pueden estar perturbados por el lado “deserotizante” del alumbramiento.

Ser padre, lo que cambia en él

- El hombre cuando se hace papá da un verdadero paso a la edad adulta. La dimensión del “jefe de familia”, que recae más sobre él que sobre la mujer, le confiere un montón de responsabilidades que pueden parecer demasiado pesadas, incluso insalvables. Es importante que la madre apoye a su compañero para que éste no se sienta aplastado por el peso de sus nuevas cargas.

- Desde un punto de vista filosófico el hombre que se convierte en padre adquiere la conciencia de una nueva visión de su lugar en el mundo. La reproducción, para el hombre, como en todas las especies, procura un sentimiento de ser “útil”, de tener su sitio en el mundo.

- Otro aspecto psicológico que sobreviene tras el nacimiento de un niño es el sentimiento de celos. En efecto, el padre, que hasta entonces ocupaba todas las atenciones de su pareja, va a tener que hacer sitio a un nuevo recién llegado que en los primeros momentos será el “rey” de la familia. La joven madre, y es normal, tiende a poner toda su atención en el bebé. Frente a esta exclusividad pasajera el padre se puede sentir abandonado y alimentar unos celos inconscientes hacia su hijo.

Ser padre, lo que cambia en su vida social

- En su vida profesional. El nuevo padre a veces va a tener que modificar su visión de las cosas, por ejemplo si ejerce un trabajo muy absorbente o si está obligado a hacer numerosos desplazamientos. Un bebé cambia muchas cosas en la vida de los padres, y la vida profesional se ve modificada también, tanto para la madre como para el padre.

- Con sus amigos también van a cambiar las relaciones. Los hay que tienen hijos y los hay que no. A la fuerza, los modos de vida y los intereses de cada uno son diferentes. ¡Se acabaron las salidas a la discoteca hasta la madrugada!

- El nuevo padre también va a ver cómo se modifica la imagen que proyecta sobre los otros, en particular, sobre otras mujeres. La apariencia de un hombre que pasea un carrito no es en absoluto la misma que la de un hombre que se pasea solo, con las manos en los bolsillos y cabellos al viento. Habrá que aprender a integrar esta nueva imagen y aceptarla.
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Fuente: Enfemenino.com

lunes, 7 de septiembre de 2009

Consejos para pelos encrespados

Imposible de desenredar, demasiado volumen, demasiado seco... El pelo encrespado es a menudo difícil de peinar. Sin embargo, con los cuidados precisos, ¡descubrirás toda su belleza!

¿Cuáles son las características del pelo encrespado?

Muy rizado, el pelo encrespado es en general muy denso y achatado. Sale de la dermis y está más bien plano que recto a lo largo del cráneo. Esto sirve para proteger el cuero cabelludo del sol. Las mujeres negras, del Magreb,... ¡bien qué lo saben!

Los problemas a los que se enfrentan los cabellos encrespados
En climas tropicales, el cuero cabelludo está constantemente húmedo, lo que permite al cabello crecer y conservarse en buena salud. Pero en los países templados, como en Europa, la falta de humedad provoca un estrechamiento de los poros, concentrando el sebo al nivel del cuero cabelludo. Éste se asfixia, se deshidrata y se pela mientras que el resto del cabello se vuelve cada vez más seco y rizado, creciendo en espiral. Todo ello hace que acabemos yendo a la peluquería a demandar servicios como el alisado o las extensiones, aunque, a la larga, hacen al pelo aún más frágil.

El champú

Debido a la fragilidad y la sequedad del cabello, éste necesita ser lavado con suavidad y nutriéndolo intensamente. Lávate con champú para pelos secos y rizados. A continuación, échate un suavizante rico y nutritivo, a base de jojoba, de cártamo o de karité. Date un pequeño masaje con los dedos sobre el cuero cabelludo y acláratelo primero con agua caliente (tirando a templada). Termina con agua fría para facilitar que el pelo se desenrede y brille más.

Los cuidados

> Ponte una mascarilla ultra-nutritiva una vez por semana, de manteca de karité, para suavizar y nutrir en profundidad tu cabello.
> Antes de lavarte con champú, déjalo actuar al menos media hora, envolviendo el pelo con una toalla caliente para una mayor eficacia. En caso de extrema sequedad, déjatela toda la noche y acláratelo con agua al despertar. Los mechones recobrarán todo su vigor.
> Acuérdate de los aceites de palma, de jojoba o de monoï, que hidratan y enriquecen los cabellos muy secos y dañados. Échatelos a última hora y déjalos actuar durante toda la noche. Lávalos y acláralos por la mañana. Recobrarán vigor y luminosidad.
> Como los marroquíes, usa el rassoul. Diluido en agua, forma una especie de barro que hace espuma y absorbe las grasas. Este cuidado / champú, utilizado desde la antigüedad por las mujeres del Atlas Medio, da brillo y flexibilidad al cabello.

Recetas caseras

*Mascarilla exprés: Calienta aceite de oliva al baño maría y échatelo en el cabello. Envuélvelo con una toalla caliente media hora antes de lavarte el pelo con champú.

*Mascarilla de aceite de almendra dulce, de miel fundida y a la crema fresca: Mezcla todos estos ingredientes en la misma proporción para hacer una mascarilla que te pondrás durante media hora, con una toalla caliente. A continuación aclárate el pelo.

*Mascarilla para utilizar como cura:Mezcla o ralla ½ aguacate y ½ plátano. Añade una yema de huevo y una cucharada de café de aceite de oliva. Mézclalo todo bien. Ponte la mascarilla sobre el cabello mojado masajeando bien el cuero cabelludo. Recúbrelo con un gorro de plástico y déjalo reposar durante ¾ de hora a una hora. Para que esta mascarilla sirva de cura y permita que tu pelo se reestructure, debes aplicártela una vez por semana durante al menos un mes.

¿Cómo cepillarlo?

Los cabellos encrespados son muy finos pero concentrados en masa. Por ello son difíciles de cepillar y se rompen fácilmente. Hay que desenredarlos con un peine de púas anchas. Eventualmente, aplica un vaporizador de loción desenredante sobre los nudos.

A evitar

*Los geles de peinado que acartonan, secan y terminan por quemar el cuero cabelludo.
*Las trenzas demasiado apretadas: los pelos, demasiado solicitados, terminan por caerse, y algunos ya no crecen más.
*Los desenredones demasiado violentos, que vuelven más frágiles los cabellos.
*Las extensiones demasiado pesadas, que tiran de las raíces, y precipitan la caída del cabello.

Fuente: Enfemenino.com

viernes, 4 de septiembre de 2009

¿Cómo nacen los celos?

Para Freud, los celos representan angustias de la infancia que reposan sobre dos puntos fundamentales: el miedo a ser abandonado y a no ser suficientemente querido por la persona a quien hemos confiado nuestro corazón. Esta falta de confianza en uno mismo, esta baja autoestima encuentra en la pareja el terreno más propicio para crecer. Por ello, el sentimiento de celos en el amor puede llegar a ser muy violento, ya que su sufrimiento nace de un sentimiento arraigado y profundo.

No existe estudio científico a este respecto, pero parece que tanto hombres como mujeres son iguales frente a este sentimiento, aunque los caballeros tienen tendencia a sufrirlo más. Esta es la razón por la que tu pareja puede mostrarse a veces suspicaz, inmiscuyéndose en tus asuntos, filtrando tus llamadas telefónicas... situaciones que no dejan indemne ni al celoso ni al que despierta los celos.

¿Cómo ayudarle?

> Elaborar juntos una lista con las situaciones en las que aparecen sus celos, y comentarla con el fin de ayudarle a restar importancia a los acontecimientos que le resultan tan dolorosos. Invítale a hablar de sus miedos y de sus dudas, ello os permitirá llegar a conocer sus comportamientos excesivos, y será entonces el momento de demostrarte que ha cambiado y que puede reaccionar de diferente manera ante las situaciones que provocaban sus enfados. Además, explícale que su falta de confianza hacia ti te entristece y que no tiene motivos por los que inquietarse.

> Pero para que llegue a creerte, todavía debe recobrar la confianza en sí mismo. Para ello, establece, con o sin él, una lista con sus cualidades y con aquello que te fastidia de él. Conseguirás que recuerde por qué te enamoraste de él y todo lo que os aporta el día a día. ¡Que guarde la lista para que la lea cuando le parezca!

> Quizá se sienta apartado de tu vida en algunos momentos: hazle participar más en ella. Invítale a asistir de vez en cuando a tus cenas de chicas, y cuenta, en su presencia, tus anécdotas del trabajo... Al celoso también le gusta estar seguro del entorno de su chica. Pero cuidado, tampoco caigas en la situación contraria: sus celos no tienen que acabar con tus momentos de libertad.

No caigas en la trampa

> Es fácil caer en la culpabilidad. No pienses que no quieres lo suficiente a tu chico por que reaccione así. Los celos enfermizos son, antes que nada, un problema personal y “tú no eres más que un medio” para que él lo exteriorice. Así que no cambies tu comportamiento para darle el gusto, eso no resolverá el problema. Es él quien debe de hacer los esfuerzos.

> Es inútil ocultar la verdad. Si has comido con un compañero de trabajo, díselo. Lo mismo, si en el último momento tu mejor amiga viene con su hermano al cine. Tus mentiras no servirán de nada, y que sepas que una persona celosa siempre puede enfadarse (con o sin motivo), así que evita esconder la verdad ya que tarde o temprano será descubierta.

> Querer ayudar a tu enamorado, y más aún cuando es tu pareja, está bien, pero tú no eres su terapeuta, ni el uno ni el otro debéis poneros en esa situación.

De los celos patológicos a los celos psicóticos

No soporta que alguien o algo puedan hacerte feliz. Le gustaría ser el único que posea esta facultad y tenerte sólo para él. Esta frustración conlleva enfado, violencia y agresividad, ya no hablamos de “pequeños” celos sin grandes consecuencias sino de una verdadera enfermedad que conviene curar para encontrar la armonía en la pareja.

Los celos psicóticos no pueden solucionarse solos. Se requiere la ayuda de un psicólogo, de un terapeuta o de un sexólogo, pero siempre es posible erradicarlos y recobrar una vida de pareja normal. Porque quererse con calma también es posible.

Fuente: Enfemenino.com

martes, 1 de septiembre de 2009

Reducir muslos

Reduce las grasas al máximo: Lo repetimos continuamente pero para perder peso la solución está en controlar la alimentación y limitar el consumo de materia grasa. Prohibido comer embutido, fritos o platos con salsa.

Mejor proteínas que féculas: Las proteínas (huevos, aves, carne magra, pescado) reducen la grasa del músculo y eso es muy beneficioso para las piernas. Las féculas (pasta, arroz) se almacenan si se consumen por la noche, así que mejor consúmelas al mediodía y con moderación.

Bebe mucha agua: Los muslos es donde se retiene agua por excelencia. Como consecuencia, hay que drenar y drenar. Bebe al menos 1,5 litros de agua para eliminar las toxinas y acostúmbrate a las bebidas calientes como el té o las sopas.

No te pases con la sal: Una vez más hablamos de la retención de líquidos: hace de las suyas y se ve favorecida por el sodio. No te fíes de los productos preparados, pues a menudo contienen demasiada sal, ni del agua con gas.

Evita el azúcar: No es un secreto: el azúcar es malo para la línea. Sobre todo porque se almacena en muslos y glúteos. Así que ojo con los bombones y galletas pero también con la soda y el alcohol, que se transforman en glucosa.

Elige las frutas y verduras: Ricas en vitaminas y minerales, la fruta y la verdura además de ser excelente para la salud, son poco calóricas y, por lo tanto, muy buenas para la línea.

Esculpir los muslos
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Las cremas: Hay numerosas cremas elaboradas para esculpir los muslos, combatir la piel de naranja y la celulitis, reciente o tenaz. A base de cafeína o guaraná, con efecto frío o caliente, hay mucho donde elegir. Hay algunas que están especialmente indicadas para la zona. No olvides que la crema es mucho más eficaz si se acompaña de un masaje específico; así se permite una mejor circulación sanguínea.

El Cellu M6: Este pequeño aparato de nombre evocador reduce la celulitis para perder algunos centímetros. Reproduce la técnica palpar-rodar con la que al succionar la piel, succiona y elimina, también, la celulitis.

La ducha fría: La técnica de la ducha fría es el método ancestral, y aunque puede parecer algo rudimentaria, da sus resultados. Después de ducharte o bañarte, aplícate agua fría sobre las piernas. El frío activará la circulación sanguínea y tonificará tu piel.

El drenaje linfático: Esta técnica consiste en estimular la linfa mediante presiones manuales que dan ligereza a las piernas y eliminan la celulitis. Se practica en centros de belleza en sesiones (una o dos) semanales.

Estilizar los muslos
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Natación: Es una actividad más que completa con la que se trabajan todos los músculos del cuerpo y, concretamente, los muslos. Para conseguir el doble de resultados, ponte aletas, aumentarás la dificultad del ejercicio y trabajarás los músculos de las piernas en profundidad. Si buscas algo más lúdico, con el aquagym realizarás movimientos más suaves.

Jogging: Es el deporte por excelencia para esculpirse unas hermosas piernas. La resistencia hace quemar grasas y afinar. Se aconseja realizar 30 minutos de actividad. Ten presente la elección de las zapatillas, el jogging puede ser muy traumatizante para las articulaciones.

Patinar: Es un deporte lúdico, de paseo, que se puede practicar mucho rato sin cansarse demasiado y asegurándote al mismo tiempo unas piernas y unos muslos de hormigón.

Andar: Es la actividad más fácil de practicar para lograr unas piernas bonitas. Aprovecha todas las ocasiones para andar un poco: no cojas el autobús si sólo son dos paradas, ve a hacer la compra andando, etc. Y olvídate del ascensor. Subir escaleras hace trabajar mucho los muslos, verás como coges el ritmo rápido.

Bailar: Si no te apasiona el deporte, puedes optar por el baile. Para bailar se requieren sobre todo los músculos inferiores del cuerpo, en particular en los bailes latinos o africanos, que son tan dinámicos.

Montar en bici: Trabajarás con suavidad los músculos de las piernas y es una actividad que puedes incluir con facilidad en la rutina: puedes ir a trabajar en bici, o realizar tus pequeños trayectos pedaleando. Cuando hace bueno es mucho más agradable que el resto de medios de transporte.

Ejercicios específicos
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La silla: Con la espalda en la pared y los pies paralelos a la anchura de la cadera, flexiona las piernas hasta quedarte sentada, como en una silla imaginaria. Mantén la posición algunos segundos y vuelve a la posición inicial. Haz 3 o 4 series de 10 movimientos. Descansa unos segundos entre cada serie.

Avanzadillas: De pie con los pies paralelos a la anchura de la cadera. Mantén un pie en el suelo, avanza el otro hacia adelante. La rodilla tiene que quedar en ángulo recto con el suelo y la pierna de atrás estirada. Mantén la posición durante unos segundos y vuelve a la posición inicial. Hazlo entre 10-20 veces cambiando de pierna.

Flexiones: De pie con los brazos separados a la anchura de la cadera. Las palmas de las manos sobre los muslos. Flexiona las rodillas estirando los brazos hacia adelante. Entre 20-30 repeticiones.

Fuente. enfemenino.com