jueves, 24 de septiembre de 2009

Problemas sexuales femeninos

Falta de deseo, dolores, dificultades para llegar al orgasmo… Los problemas de la sexualidad femenina son numerosos. Sin embargo, muchas veces se ignoran.

Falta de deseo, dolores, dificultades para llegar al orgasmo… Los problemas de la sexualidad femenina son numerosos. Sin embargo, muchas veces se ignoran. He aquí un pequeño tour panorámico de las principales disfunciones y algunos consejos para una sexualidad plena.

Sequedad vaginal
En ocasiones pasajera, se trata de un verdadero problema para la vida sexual. Se trata de una falta de lubricación en la vagina, lo cual produce una penetración desagradable e incluso dolorosa. Generalmente debida a modificaciones hormonales, afecta a las mujeres jóvenes pero también a las mujeres adultas después del embarazo o la menopausia. Asimismo, el estrés, la toma de ciertos medicamentos, una higiene íntima demasiado agresiva o bien el alcohol o los cigarrillos pueden afectar el mecanismo de lubricación mucosa.

Las soluciones: al principio, un lubricante a base de agua podrá aliviar la incomodidad. Después, según el caso, se podrá prescribir un tratamiento hormonal. Sin embargo, se suele notar una cierta precipitación durante el acto sexual por parte de la pareja o necesidad de tiempo del cuerpo de la mujer. Cuidar bien los preliminares es una manera agradable de aumentar el deseo y permitir a la vagina que se lubrifique de forma natural para facilitar la penetración.

La dispareunia: una penetración dolorosa
Se habla de dispareunia cuando se siente dolor, más o menos intenso, en el momento de la penetración. El origen de este dolor puede ser orgánico (después de un parto, por ejemplo), infeccioso (micosis, cistitis, herpes, MST…) o incluso psicológico. Asimismo, puede resultar de un fenómeno poco conocido llamado vestibulitis: se trata de una inflamación del vestíbulo, es decir, de la parte situada en el interior de los labios internos.

Las soluciones: muy molesta para la vida sexual de la pareja, estos dolores se deben localizar (en el interior o exterior de la vagina, más o menos profundo…) e identificarlos. Se pueden prescribir antibióticos en caso de infección, pero normalmente el miedo al dolor provoca, con el tiempo, miedo a mantener relaciones sexuales, lo cual causa bloqueos más profundos. Consultar a un psicólogo permite superar estas aprensiones y volver a disfrutar plenamente de la sexualidad.

El vaginismo o rechazo a la penetración
El vaginismo se traduce en una contracción involuntaria de los músculos del perineo y de la vagina. Aunque los órganos genitales sean normales (reaccionan perfectamente a la excitación y se puede obtener el orgasmo mediante la estimulación del clítoris), por reflejo, el orificio vaginal se cierra, impidiendo cualquier penetración. El vaginismo también imposibilita el examen ginecológico, así como la utilización de tampones durante las reglas.

Las soluciones: en el 90% de los casos, la causa del vaginismo es de orden psicológico. Puede ser causa de un traumatismo, de miedo o fobia a la sexualidad, o por bloqueo psicológico debido a una dispareunia severa. El objetivo de la terapia es, ante todo, relajar los músculos de la vagina. Después la mujer debe reapropiarse de su sexo para volver a una vida sexual normal.

La anorgasmia: cuando el orgasmo se hace esperar
Son numerosas las mujeres que se quejan de no conocer el orgasmo vaginal. En estos casos no se habla de anorgasmia total o ausencia de orgasmo. Ese término se utiliza para aquellas que no conocen ni el orgasmo del clítoris ni el orgasmo vaginal. La anorgasmia puede aparecer desde el primer momento en la sexualidad, pero también puede afectar a las mujeres más mayores durante su vida sexual. Compleja, la anorgasmia se relega a ciertas situaciones o ciertas parejas.

Las soluciones: igual que muchos otros problemas sexuales femeninos, la anorgasmia tiene un origen psicológico. Por lo tanto, se debe tomar el camino de la psicoterapia. Tras haber encontrado el origen del bloqueo físico, deberá desarrollar su sensibilidad sexual y apropiarse de las sensaciones eróticas.

La frigidez o ausencia de placer
Más allá del orgasmo, la frigidez se define por la ausencia total de placer sexual. Se traduce en ausencia de pensamientos eróticos, mientras que el cuerpo no reacciona a ninguna forma de estimulación: los órganos genitales no responden a las caricias ni a la excitación y la vagina permanece seca. Las relaciones sexuales se viven como un deber, incluso como un fastidio y se practican con indiferencia.

Las soluciones: también para estos casos, un buen trabajo psicoanalítico puede proporcionar la llave para desbloquear la situación. Se trata de que la mujer comprenda por qué es insensible a toda forma de placer físico y sexual, y para la pareja, de volver a aprender a comunicarse. El objetivo de este tratamiento es que la mujer frígida descubra sensaciones nuevas (o olvidadas) y aprenda a abandonarse a ellas.

Fuente: Enfemenino.com

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