martes, 31 de mayo de 2011

Depresión ¿genética?

Dos estudios diferentes acaban de relacionar los estados depresivos con algunas regiones del ADN. Las investigaciones que se desarrollaron en la Universidad de Washington y en King's College de Londres, buscaban relacionar la depresión a la genética. El hallazgo en los dos estudios fue impresionante pues en ambos casos lograron señalar que el cromosoma 3 (que contiene 90 genes) estaría vinculado a los estados crónicos de tristeza.

El primer estudio trabajó con 90 familias de Australia y 25 de Finlandia, las cuales viven con depresión recurrente; mientras el segundo tomó a 800 familias de Gran Bretaña, en las que algún miembro está en depresión crónica.

Lo importante del hallazgo es que el resultado fue practicamente igual, a pesar de no haber estado trabajando de la mano. Aunque este descubrimiento no ofrece soluciones a los pacientes de la enfermedad mental, puede ayudar a generar tratamientos más efectivos para tratar los estados depresivos constantes. Adicionalmente, los médicos tratantes de la enfermedad tendrían un completo nuevo enfoque para atender a sus pacientes.

Los resultados de las investigaciones fueron publicados por American Journal of Psychiatry.

Fuente: Estampas - El Universal.

jueves, 19 de mayo de 2011

Células madres para evitar amputaciones

Un estudio llevado a cabo en España ha dado resultados sorprendentes. Médicos investigadores lograron que células madre de médula ósea fabricaran vasos sanguíneos en extremidades inferiores de diabéticos que tenían mala circulación y que estaban en riesgo de presentar graves problemas, que inclusive podrían haberlos llevado a la amputación.

En el estudio participaron 60 pacientes de cinco hospitales de la nación ibérica que presentaban una condición vascular periférica severa a consecuencia de la diabetes. Después de haber participado en la investigación, éstos presentan una mejoría considerable en su calidad de vida.

La intención de generar este tipo de tratamientos es evitar las amputaciones que sufren cada año un número importante de pacientes.

El proceso para la administración de terapia de células madre comienza mediante una intervención quirúrgica, que no supera los 30 minutos, en la que al paciente se le suministra anestesia local para extraerle células de su médula ósea.

Posteriormente, se separan de la médula ósea las células necesarias y se preparan para infundirlas en las arterias por debajo de la rodilla mediante la utilización de catéteres.

Este innovador proceso (aún en estudio) espera obtener todas licencias para ser utilizado no solo en España sino en el resto del mundo para ayudar a pacientes con diabetes y problemas de circulación importes.

Fuente: Estampas - El Universal.

martes, 3 de mayo de 2011

Prevenir el cáncer del cuello uterino

Estadísticas oficiales recientes señalan que el cáncer cervical es la primera causa de muerte en las mujeres venezolanas y está íntimamente relacionado con el virus de papiloma humano; sin embargo existen métodos sencillos de diagnóstico y profilaxis al alcance de cualquier persona

La doctora Loretta Di Giampietro, adjunto del Servicio de Oncología y Ginecología del Servicio Oncológico Hospitalario del IVSS (antiguo Hospital Padre Machado) y vicepresidenta de la Sociedad Venezolana de Oncología, explica cuáles son las principales medidas a tomar en cuenta para mantener bajo control una enfermedad que, según las últimas estadísticas oficiales publicadas en el año 2009, constituye la primera causa de muerte oncológica de las mujeres venezolanas.

"El cáncer cervical es de prevención sencilla. Existe un examen que cumple con todos los patrones ideales de lo que constituye un método de pesquisa: la prueba de Papanicolaou con citología vaginal; es un procedimiento económico, masivo, altamente sensible y bastante inocuo. Toda mujer, al año de iniciar la actividad sexual, debe realizarse su primera citología, sea cual sea la edad y, por supuesto, mínimo hasta los sesenta años".

De hecho, en la mayoría de los países se tiene como política de Estado incluir entre los planes de salud la realización masiva de citologías a todas aquellas personas que se consideran de riesgo.

Sexo responsable
"En Venezuela -apunta la especialista-, tanto la población femenina como la masculina debería recibir una educación sexual permanente, de manera que los jóvenes mantuvieran relaciones sexuales responsables, con pleno conocimiento de cómo se contagian las enfermedades, cómo pueden prevenirse y el por qué el cáncer de cuello uterino está considerado (por la Organización Mundial de la Salud) como una enfermedad de transmisión sexual, debido a que es producida por contacto sexual y contaminación del virus de papiloma humano, con el cual está prácticamente relacionado en un cien por ciento".

Existen más de 150 tipos de VPH y sólo un grupo de éstos son los que podrían devenir en una neoplasia. Estos virus, generalmente, pueden clasificarse en los de bajo y los de alto riesgo. Los primeros son aquellos que están implicados más que todo en la aparición de los llamados condilomas a nivel vulvar y en el área genital, tales como el 11 y el 6. Mientras que los serotipos 16, 18, 31 y 33, considerados de alto riesgo, son los que se asocian con una mayor capacidad oncogénica. Sin embargo, sólo una minoría de las mujeres infectadas por estos VPH presentará cáncer de cuello uterino. El solo hecho de tener VPH no es razón suficiente para que en un futuro se sufra de cáncer cervical. Para que esto suceda la paciente debe presentar infecciones persistentes con alguno de estos serotipos y, además, haberse descuidado, desde el punto de vista ginecológico, durante mucho tiempo.
En Venezuela, el VPH ocasiona un alto número de casos y muertes por cáncer de cuello uterino. "Esto tiene que ver, generalmente, con los sectores de la población menos favorecidos; pues son los estratos más pobres y con menor acceso a la información, educación sanitaria y a la asistencia, los más vulnerables. Esto, a su vez, está estrechamente vinculado a los llamados factores predisponentes al cáncer, tales como: relación sexual temprana, promiscuidad, alimentación deficiente, y por supuesto, la alta tasa de partos, que en Venezuela está ligada a la población de bajos ingresos. Todas estas condiciones constituyen los llamados cofactores, pero, por supuesto, el detonante principal es la infección con el VPH", asegura Di Giampietro.

En cuanto a la creencia de que este virus puede desaparecer sin ser tratado la especialista explicó: "Es un criterio que debe manejarse con cuidado. Se dice que 75 por ciento de las mujeres en actividad sexual, en algún momento de su vida, aunque sea una sola vez, van a estar contaminadas o infectadas con el VPH. Pero no en todas ellas el virus va a incorporarse en forma definitiva al genoma de las células de su cuello uterino, eso dependerá del sistema inmunológico de cada paciente. Por eso, no toda mujer infectada con virus de papiloma humano necesariamente tendrá cáncer. Es algo que debe quedar muy claro, para no provocar alarma. Lo que sí es cierto es que toda mujer que tiene infección por VPH tiene riesgo, en algún momento de su vida, si no se trata adecuadamente, de terminar con un cáncer cervical".

Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico precoz mediante la citología vaginal ha sido un método valioso en la prevención en los últimos 50 años. Sin embargo, lamentablemente en Latinoamérica y particularmente en Venezuela, esta estrategia no ha sido tan efectiva, debido a la poca organización, consistencia, continuidad y control en los programas de pesquisa, principalmente localizados en zonas urbanas y falta de información sanitaria y educación en la población en general.

"Toda mujer debe realizarse un examen de Papanicolaou anual, que puede hacerse tanto en una clínica privada como en cualquier centro de salud público que esté calificado para ello. Este método -continúa la especialista- permite obtener células de la superficie del cuello uterino y la vagina, para ser vistas bajo un microscopio electrónico por un citotecnólogo o un patólogo y poder determinar si presentan alguna anormalidad; es decir, si se trata de una persona considerada sana, desde el punto de vista de riesgo para cáncer de cuello uterino o, por el contrario, si tiene peligro de tener alguno de los pasos previos al cáncer cervical, lo que los oncólogos llamamos NIC, neoplasia interepiteliar cervical, la cual viene en tres grados: NICI, NICII y NICIII. De esta manera, si la prueba arroja esa patología, la paciente debe acudir a un centro especializado, a un médico que maneje patología cervical, quien sabrá qué tratamiento aplicar, porque cada persona debe ser tratada de manera particular. Existen métodos que son menos agresivos mientras que otros lo son más; pero lo importante es que no haya alarma, y que el resultado de la prueba sea entregada a la paciente en un tiempo prudencial".

Después de diagnosticarse el cáncer cervical, se realizan pruebas para determinar si las células cancerosas se diseminaron dentro del cuello uterino o hasta otras partes del cuerpo. Este proceso se llama estadificación. Según explica la doctora Di Giampietro "existen cuatro estadios utilizados por los oncólogos para determinar cuán avanzada está la enfermedad. Por supuesto, en la medida en que nos vamos acercando al número mayor la probabilidad de sanar es menor. Pero, si diagnosticamos un cáncer en estadio I, que a su vez tiene subdivisiones como IA o IB, esta paciente tiene alta probabilidad de curarse porque existen métodos quirúrgicos, como la histerectomía radical, que puede aplicársele. Incluso a mujeres que tienen estadio un poco mayor, IIB o III, pueden ser tratadas y curadas con radioterapia y quimioterapia. Por supuesto que el porcentaje de las que recuperan la salud no es del 100 por ciento, pero por lo menos podemos alcanzar entre un 40 y 60 por ciento, en estadio IIB; y entre un 30 y 40 por ciento en estadio III. Pero, hay que darles un tratamiento adecuado y que no esté retardado, situación que sucede a veces con pacientes de los centros públicos venezolanos".

Vacunas preventivas
Actualmente existen dos tipos de vacunas producidas por dos laboratorios de renombre internacional, explica la especialista. Ellas no son curativas sino profilácticas, lo que implica que previenen que la persona se infecte con el VPH; pero, si ya está contaminada con el virus, el medicamento no lo eliminará.

La mayoría de los países del mundo han aprobado el uso de una, otra o ambas vacunas, debido a su alta efectividad para la profilaxis de contaminación contra ciertas cepas virales. La vacuna bivalente es efectiva para los VPH 16 y 18, y la segunda, cuadrivalente, incluye, además, los 6 y 11, que no son necesariamente oncogénicos, pero sí productores de verrugas y papilomas genitales y orofaríngeos. Estos medicamentos no están compuestos por virus sino por determinadas partículas similares a virus y su efectividad ha sido demostrada en múltiples países. "Ambas son realmente efectivas para la profilaxis de VPH; pues cualquiera que sea la escogencia, lo importante es que ellas van a proteger a la usuaria contra los virus 16 y 18, tipificados en 70 por ciento de cánceres de cuello uterino", afirma la oncóloga.

Venezuela es uno de los pocos países de Latinoamérica donde no se ha aprobado el uso de una o ambas vacunas como método de profilaxia, a nivel de política de salud del Estado.

Por otra parte, señaló Di Giampietro: "Considero necesario advertir a las usuarias que deben tener mucho cuidado de la procedencia y manipulación de las vacunas, si se las van aplicar en el país, debido a que estos productos deben cumplir con un protocolo denominado cadena de frío, el cual garantiza la efectividad de la inmunidad que otorga el medicamento. Si esto no se cumple como es debido, posiblemente las personas no estarán protegidas adecuadamente".

Resultados de un consenso
En virtud de que el cáncer de cuello uterino es la primera causa oncológica de mortalidad en las mujeres en el país, la Sociedad Venezolana de Oncología llevó a cabo la realización de un Consenso Nacional, precisamente para tratar dicha patología, en donde participaron diferentes organismos relacionados con el tema, tales como la Sociedad Venezolana de Radioterapia Oncológica, la Sociedad Venezolana de Cuidados Paliativos, la Sociedad Venezolana de Ginecología y Obstetricia y el Ministerio del Poder Popular para la Salud, entre otros. Así, se conformaron distintas mesas de trabajo con el propósito de discutir cada uno de los puntos de la problemática. De la reunión surgieron una serie de conclusiones que fueron presentadas en el ámbito del XIX Congreso de Oncología, evento que se realizó en Valencia del 10 al 13 de octubre de 2010. Entre las principales conclusiones están:

1. Que la aprobación de la vacuna profiláctica es, prácticamente, una necesidad, y no puede ser retardada.

2. Que las vacunas deben ser incluidas en el esquema de vacunación que aporta el Estado venezolano a todos los ciudadanos.
3. Que las pacientes que sufren la enfermedad deben ser diagnosticadas y tratadas a la brevedad posible, con métodos de radioterapia y quimioterapia sin retardo en la etapa del cumplimiento del tratamiento, porque lo peor que puede haber es iniciar el proceso de curación y después no terminarlo a tiempo.

4. Que el cáncer de cuello uterino sigue siendo un problema de salud pública, a nivel de la esfera oncológica, y afecta al grupo de población que, en el país, es altamente activo, desde el punto de vista laboral, pues se está hablando de mujeres con un promedio de 45 años; es decir, en plena edad productiva. Esta situación debe atenderse porque en Venezuela muchas mujeres son sostén de hogar, madre y padre de familia, y en caso de muerte por la enfermedad dejan a niños sin respaldo.

Fuente: Estampas - El Universal.