jueves, 19 de agosto de 2010

Cuide sus pies al ejercitarse

Tanto para caminar durantes largos trayectos, como para la práctica de deportes, escoger el zapato adecuado es esencial.

Aunque la mayoría de las personas suele decantarse por la estética y las firmas reconocidas al momento de adquirir un calzado deportivo, lo que suele garantizar la calidad, esta escogencia debe ir más allá y considerar aspectos muy importantes como la morfología del pie, el peso corporal, el tipo de práctica deportiva y su recurrencia, así como las características del terreno.

Tipos de pie

Antes de salir a adquirir el calzado, si no tiene problemas importantes que requieran el diagnóstico de un podólogo, examine la morfología de su pie para determinar si es pronador, supinador, plano y/o cavo, pues estas características exigen formas diferentes en el soporte plantar y la suela.

Las personas con pie pronador, que gira excesivamente hacia adentro al apoyarse, deben adquirir zapatos con contrafuertes más rígidos y prolongados hacia adelante por el borde interno, y usar plantillas supinadoras como medida extrema. Esta recomendación es válida también para aquellos con superficie plantar plana. En el caso de que la forma sea la de supinador, que se apoya más en la parte externa del pie, no necesita refuerzo, pero al ser el pie más rígido, necesita mayor amortiguación, ya que es un pie peor adaptado.

También se debe atender al grosor del pie y sexo, pues los de caballero suelen ser más amplios y resistentes que los de damas, pero como esto tiene sus excepciones, hay que pensar siempre en la comodidad y necesidades personales. Si se tiene sobrepeso, extreme las exigencias de confort y amortiguación. En el caso de los niños, se deben comprar con un poco más de espacio entre la punta de los dedos y el calzado, para evitar compresiones, aunque sin exagerar.

Saltar, correr, caminar
Los pies suelen sufrir un gran número de lesiones, pues soportan todo el peso corporal. Pero cuando se practica algún deporte o actividad recreativa, este peso se eleva, por lo que una mejor amortiguación se hace crucial, garantizada en parte por la presencia de cámaras de aire y de materiales viscoelásticos que minimizan el impacto del rebote. Tenga en cuenta que en la carrera continua, por ejemplo, el talón soporta tres veces el peso corporal en cada apoyo .

La geografía también debe ser tomada en cuenta; los suelos duros, como el asfalto o cemento, exigen mayor amortiguación. Cuando se trata de caminatas en terrenos naturales, se deben elegir suelas con surcos profundos que permitan que la tierra, humus, grava puedan evacuarse fácilmente y que a la vez brinden buen agarre a la superficie.

Si se practica algún deporte con regularidad, se debe acudir a tiendas especializadas pues allí le ofrecerán la orientación y el calzado adecuado; en estos casos las mismas zapatillas suelen indicar para qué actividad están diseñadas. También existen modelos denominados "training", de tipologías mixtas y que funcionan para varias actividades, pero sólo son adecuados si no ejerce ningún deporte con asiduidad. Los llamados "casuales", sólo deben ser usados para las actividades cotidianas, pues aunque son cómodos, no protegen el pie, rodillas y tendones en prácticas de medio o alto impacto.

Los amantes del trote y las carreras deben tomar en cuenta que la vida media de un calzado es de 800 a 1000 kilómetros; pasado este recorrido, la mediasuela sufre desgaste y disminuye su densidad, lo que la hace más fina y afecta a la biomecánica del movimiento de carrera y puede causar lesiones. Además de la suela, los sistemas de amortiguación, antipronación y demás tecnologías aplicadas comienzan a desgastarse y perder su función, lo que puede impactar negativamente las rodillas, cadera.

Aunque haya invertido una suma alta en este calzado y esté intacto en su parte superior, descártelo cuando su vida útil haya concluido, lo que también se evidencia en el cansancio que producen en los pies, luego de un período de confort. Y aunque usualmente se relaciona precio con calidad, es preferible comprar un calzado con precio moderado, que se deseche en el momento justo, que uno caro cuyo descarte se prolongue. No siempre precio es calidad, pues según un estudio realizado durante cinco años en el Hospital Ninewells, en Dundee, Escocia y divulgado en 2008, los zapatos de precio bajo o moderado, pueden ser tan buenos como los caros, en términos de amortiguación y comodidad general. Esto debido, quizás, a que las empresas de calzados más económicos tienen igualmente acceso a la tecnología del caucho y a los resultados de otras investigaciones. Además de las peculiaridades ya mencionadas, verifique que el talón tenga una anchura y altura adecuada; los expertos proponen 7,5 cm. y 2,5 cm, respectivamente, para que el peso se distribuya en una superficie más amplia y por lo tanto el impacto sea repartido y no sea absorbido por el cuerpo.

Cuando vaya a adquirir zapatos, hágalo en la tarde o bien después de una caminata de 20 minutos, para que el pie esté un poco más dilatado y colóquese el tipo de media que empleará cuando los use. Verifique que puede mover los dedos con libertad (más o menos un centímetro entre el dedo gordo y la puntera) y opte por los que van trenzados. El calzado mal abrochado puede lesionar los tendones superficiales de la zona .

Fuente: Estampas - El Universal.

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