lunes, 1 de febrero de 2010

El Baile

La imagen de la bailarina con puntas está pasada de moda. Hoy la danza se ha democratizado, mundializado e invade nuestra vida y costumbres. Nos centramos en una actividad deportiva y artística con múltiples facetas.
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Disciplina ancestral
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La danza es algo innato en el ser humano. La llevamos en la sangre: sólo necesitamos escuchar una nota para que nuestro cuerpo empiece a moverse encadenando diferente movimientos al ritmo de la música. Como muestra un botón, los primeros pasos de danza datan de la prehistoria. Con el transcurso de los siglos y las civilizaciones, lo que en un principio era un ritual se ha convertido en un arte y una afición. Se trata de una disciplina muy codificada que se ha ido liberando poco a poco. Hoy en día bailamos con vestido, tejanos, chándal o pantalón largo, descalzos, con deportivas o tacones, en la calle, en estadios o salas de fitness, con música africana, cubana, oriental o bretona…
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De múltiples formas
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No existe sólo una danza sino muchas diferentes, inspiradas en varias corrientes musicales, étnicas, culturales, deportivas… Éstas son las más conocidas:
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-La danza clásica (ballet)
-La danza contemporánea (improvisación)
-El jazz: claqué, shimmy, charleston…
-Bailes de salón: tango, bolero, vals…
-Musettes: java, vals musette…
-Danza del mundo: salsa, samba, rumba, zouk, bachata, merengue, lambada, biguine, mambo, oriental, africana, capoeira…
-El rock: rock, twist, madison…
-Tendencia: disco, tektonic, techno, smurf, break, street dance…
-Danza folclórica
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Muchísimos beneficios
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-Se toma conciencia del cuerpo. Antes que una actividad física, la danza es un medio de expresar los sentimientos y las emociones por la vía corporal. Es fantástica para sentirse bien en nuestro cuerpo y confiar en una misma.
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-Se desarrolla el equilibrio y la coordinación. No se realiza ningún movimiento al azar. Los pies, las piernas, las manos, los brazos, el busto o incluso la cabeza: todas las partes del cuerpo desempeñan su papel. ¡Nada de ser torpes!
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-Se consume energía sin darse cuenta. Todo tipo de danza conlleva un gasto de energía importante (entre 250-500 Kcal/h dependiendo de si bailamos algo lento o un rock endiabladamente movido). Además dicho esfuerzo reside a menudo en la duración, lo que conlleva al cabo de un tiempo (30-40 minutos) la movilización de las reservas grasas del cuerpo.
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-Se perfecciona la silueta. La danza exige un gran dominio corporal así como la participación de todos los grupos musculares. ¿El resultado? Abdominales, piernas y pantorrillas más desarrolladas, nalgas más perfilada y pechos, espalda y brazos reforzados.
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-Se mejora la forma. Hay que controlar la belleza de la postura y los movimientos y esto hace que los músculos y el sistema nerviosos se habitúen a adoptar una postura más bonita también en el día a día. ¡Ahí está la gracia!
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-Se fortifica el organismo. La danza, un esfuerzo que extenúa, se considera como una actividad de resistencia pues contribuye a reforzar el sistema cardiovascular y a desarrollar las capacidades respiratorias, a mejorar la circulación sanguínea y a reforzar los huesos y articulaciones. Y todo sin impactos ni traumatismos.
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-Es divertido. Cuando bailamos nos concentramos en la música, nos dejamos ir física y mentalmente. Nos olvidamos de todo. ¡Es un remedio excelente para el estrés!
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Fuente: Enfemenino.com

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