jueves, 18 de septiembre de 2008

Todo sobre los sustitutos de comidas

Los sustitutos de comidas se han ido imponiendo poco a poco. Como prueba: más de un millón los consume regularmente y casi un 50% de las personas que desean adelgazar han recurrido a ellos, en al menos una ocasión. Pero, ¿qué son, cómo se utilizan, presentan algún riesgo contra la salud...? Para poder utilizarlos mejor, te presentamos las respuestas a las preguntas que sueles plantear.

¿A qué se llama sustitutos de comidas?

Presentados en forma de bebidas, cremas, polvos para diluir, galletas, barras o sopas, los sustitutos de comidas no son ni alimentos, ni medicinas (complementos alimentarios,
moderadores de apetito...). Se trata de productos dietéticos o " de régimen" que siguen una reglamentación precisa. Pobres en calorías, aunque ricos en nutrimentos necesarios para el buen funcionamiento del organismo, sirven para sustituir a una o varias comidas (desayuno, comida, cena, merienda) en el cuadro de un control de peso. Por lo tanto, no hay que confundirlos con los productos ligeros en azúcares o en grasas, que sirven como un pequeño aporte hipocalórico al margen de las comidas, o con la dieta a base de proteínas, que exige un seguimiento médico muy específico.
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¿Qué contienen?

Al margen de cómo sean presentados, el valor energético de los sustitutos de comidas oscila obligatoriamente entre 200 y 400 calorías. Así, si todas las comidas de la jornada son sustituidas por estos productos, el aporte energético total no excede de 1200 calorías.Sobre todo, contienen proteínas que permiten nutrir a la masa muscular y glúcidos lentos, que difunden progresivamente su energía en el organismo, aunque también poseen una pequeña cantidad de lípidos, para garantizar un aporte en ácidos grasos esenciales y fibras para facilitar la saciedad.

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Con el fin de prevenir las deficiencias habitualmente observadas en los regímenes, cada sustituto de comida provee al menos un 30% de los aportes recomendados en vitaminas y minerales. La reglamentación a este respecto es muy estricta, ya sea sobre su composición nutricional o sobre el etiquetado. De ahí la necesidad de leer atentamente las etiquetas antes de lanzarse.

¿A quién van dirigidos?

Los sustitutos de comidas tienen características especialmente interesantes que se pueden adaptar a cada caso:

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-Has fracasado de manera sucesiva a varios regímenes: De fácil y rápida utilización, este método puede ser el tuyo. Los sustitutos de comidas ayudan a respetar un régimen moderadamente restrictivo, con un aporte único y calibrado.
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-Deseas perder muchos kilos (obesidad, importante sobrepeso): con los sustitutos, la pérdida de peso es importante desde el comienzo del régimen, garantizando siempre aportes equilibrados.
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-Has abusado en una comida precedente o durante un periodo de fiesta: estos sobres permiten, de manera puntual, recuperar los excesos sin necesidad de emprender un verdadero programa para adelgazar.
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-Sigues un régimen, pero trabajas: antes que ir al comedor de la empresa (si lo hubiese) o recurrir al fast-food, un sustituto de comida te permitirá mantener la línea.
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-No estás en condiciones de hacer una comida (careces de tiempo, lugar...): los sustitutos de comida son prácticos, ya que no necesitas prepararlos y sustituyen de manera ventajosa a una comida o cena, en lo que a aporte energético y nutricional se refiere. A demás, evitan saltarse una comida que conduce al almacenamiento de grasas en el organismo.

¿Cuándo y cómo utilizarlos?

Incluso en el cuadro de un régimen adelgazante, es preferible limitar el consumo de los sustitutos a una o dos comidas al día (desayuno, comida, cena o merienda) y complementar las otras comidas con menús equilibrados y adaptados (hortalizas y verduras, potajes, carne o pescado magro + verduras+ féculas en pequeña cantidad, productos lácteos magros, frutas). -En el caso de que se sustituyan todas las comidas del día, este tipo de alimentación no puede exceder de más de dos semanas sin seguimiento médico: es preferible pedir consejo a un médico, a un nutricionista o especialista en dietética desde el comienzo de la cura.

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Cuando se consuman este tipo de sustitutos, se debe beber mucha agua para hidratar el organismo, así como también se debe consumir fruta fresca, rica en fibras, para aumentar el bolo alimenticio y saciarse por más tiempo.

¿Presentan algún peligro para la salud?

A pesar de que sean muchas las ventajas, los sustitutos de comidas también pueden presentan serios inconvenientes:
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-Engendran cierta frustración. A demás de la relativa falta de variedad de gustos y texturas, los sustitutos no dan la impresión de hacer una verdadera comida, llena de sabor y placer. Su uso puede, por tanto, deprimir rápidamente y/o dar ganas de lanzarse sobre el primer dulce que se vea.
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-No llenan realmente. Las preparaciones, en su mayoría, en forma de crema, líquido, purés o potajes no procuran una sensación de saciedad, por la ausencia de masticación y por el poco volumen que ocupan en el estómago. De aquí que unas horas después, aparezca una desagradable sensación de hambre.
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-Pueden producir carencias. Ciertos sustitutos son ricos en micronutrimentos, mientras que otros, contienen pocos, de ahí la necesidad de leer las etiquetas. Utilizados a corto plazo, no suelen provocar carencias vitamínicas. En cambio, si se utilizan durante un largo periodo, es preferible que un médico prescriba un complemento nutricional o bien, compensar con otras comidas más equilibradas.
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-No participan en nada en la educación alimentaria. Los sustitutos sólo dan "un empujoncito" al régimen, pero no enseñan a adelgazar o a mantener el peso con alimentos corrientes, ni a adoptar una alimentación sana y equilibrada.
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-Tampoco impiden el efecto yoyo. Si, después de usarlos, no se adopta ninguna higiene alimentaria seria y equilibrada, los kilos volverán automáticamente. Pudiendo incluso aumentar, ya que el organismo ha sufrido un largo periodo de frustración.
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-Pueden conducir a un modo de alimentación marginal. Con los sustitutos de comidas, es fácil dejarse seducir por la facilidad de alimentarse únicamente a base de esta alimentación sintética y calibrada, desechando los otros alimentos. Lo que puede transformarse en un comportamiento peligroso y asocial.

¿Existen contraindicaciones?

Los sustitutos de comidas están formalmente contraindicados para los adolescentes, las mujeres embarazadas o para las mujeres que den el pecho, así como para las personas que sufran de desórdenes alimenticios. También están desaconsejados en caso de que te encuentres cansada, que sufras algún tipo de carencia, o si te falta tonus o estás baja de moral. Sus aportes energéticos - a pesar de todo, reducidos- son insuficientes en caso de intensa actividad física y/o psicológica. A demás, su lado repetitivo y monótono está desaconsejado para aquellas personas poco motivadas o sujetas a atracones. También existen contraindicaciones médicas: siempre hay que leer las etiquetas y pedir consejo a un médico o farmacéutico.


¿Son eficaces?

Los sustitutos de comidas han demostrado su eficacia para recuperarse puntualmente de un exceso o para sustituir, siempre puntualmente, a una comida que podrías haberte saltado. En lo que concierne a una verdadera y duradera pérdida de peso, este método no funciona, salvo si estos productos son completados por otros alimentos, con menús equilibrados y adaptados a cada régimen. En este caso, representan una ayuda interesante para comenzar y apoyar a un régimen. En cambio, no sirven para nada si la alimentación no es paralelamente modificada en profundidad, así como si no se asocia con ninguna actividad deportiva. En cuyo caso, las malas costumbres volverán a parecer en cuanto se deje de consumir el producto: efecto yoyo..

¿Cuánto cuestan?


Todo depende de la marca, pero en general, la utilización de los sustitutos de comidas puede resultar menos cara (entre 2 y 5 euros la comida) que una comida en un fast-food, en un restaurante o comedor. En cambio, resultan más costosos que una comida tradicional baja en calorías preparada en casa. No olvides que es infinitamente mejor comer un pescado a la plancha con verduritas al vapor.

¿Cómo elegirlos?

Un buen sustituto de comida debe ser por un lado pobre en calorías y por otro, capaz de cubrir las necesidades indispensables del organismo en macro (proteínas, glúcidos, lípidos) y micronutrientes (vitaminas, minerales). Al margen de donde los compres, es INDISPENSABLE leer la composición OBLIGATORIAMENTE indicada en el envoltorio.
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Elige preferentemente aquellos que sean ricos en proteínas: sabiendo que necesitas 1 gr al día y por kilo de masa, si pesas por ejemplo, 60 kilos, debes consumir en cada comida unos 20 gr de proteínas. Opta siempre por los sustitutos que marquen entre 15 y 20 gr por dosis (¡no 100 gr!). También debes tener cuidado de que contengan suficientes glúcidos de index glicémico bajo, para que no pases hambre: de 20 a30 gr por dosis, preferentemente. Vigila las cantidades de lípidos (menos de 10 gr por comida, la cantidad ideal se sitúa en unos 6 gr por dosis), y las de fibras, para que te sientas llena de manera duradera.
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Fuente: Enfemenino

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