1) Comer ligero antes del masaje. No hay mejor momento para probar un menú light y 100% afrodisíaco a base de ostras, fresas y champagne. .
2) Aclimatar correctamente la habitación. La temperatura ideal: 25 grados. Ha de ser un ambiente cálido para que los músculos se relajen y el cuerpo disfrute plenamente del masaje.
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3) Favorecer una atmósfera Zen: atenúa las luces y desconecta el teléfono para que no os molesten. Una música suave y relajante de fondo creará el ambiente adecuado. También puedes vaporizar en el ambiente aceites esenciales para que el aroma sea agradable: 3 gotitas de aceite de azahar relajarán tensiones.
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4) Crear un lugar cómodo: Pon cojines blanditos sobre la cama, el sofá o el suelo, utiliza mantas suaves y calentitas o toallas gruesas, agradables para la piel.
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5) Invertir en aceite de masaje. Elige los que sean algo fluidos y grasos para que las manos se deslicen bien por la piel. Evita el aceite de parafina, que es químico y decántate por un aceite vegetal biológico. En cuanto al olor, la decisión es tuya: almendra dulce, macadamia, sésamo, albaricoque...
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6) Quitarse las joyas y cortarse las uñas, para evitar arañar a la pareja.
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7) Atender a las sensaciones del otro: varía la presión en función de sus reacciones. Lo puedes sentir en su respiración.
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8) Cambiar la técnica: rozar, "amasar", pellizcar, masajear, presionar... Y, sobre todo, evita cicatrices y varices.
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9) Compartir: El masaje erótico es, ante todo, un intercambio de papeles y, por tanto, sensaciones.
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10) Dejar volar la imaginación: No tienes por qué seguir al pie de la letra las técnicas que te proponemos. Alterna tus caricias con besos y mimos, ¡sólo tú sabes lo que más le gusta a tu media naranja!
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Fuente: Enfemenino.com
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