martes, 14 de febrero de 2012

Síndromes laborales de la actualidad

La publicidad y los medios de comunicación se encargan constantemente de divulgar el estereotipo perfecto que define a los profesionales de los nuevos tiempos: se trata de mujeres y hombres que tienen la obligación de asumir grandes responsabilidades, llevar un estilo de vida frenético y tomar decisiones significativas todos los días, sin que se les mueva un solo pelo, para no modificar su apariencia de revista. Desafortunadamente, este ideal difiere bastante de lo humanamente posible, por eso las personas son continuamente presas de ansiedad, estrés y presión psicológica.

Actualmente, la medicina comienza a utilizar con mayor frecuencia nuevos términos que hacen referencia a enfermedades cuyo origen proviene del ámbito laboral, y que se encuentran en alarmante ascenso. A continuación algunas de ellas.

Boreout: totalmente fastidiado

Los psiquiatras suizos Philippe Rothlin y Peter R. Werder identificaron en 2007 un nuevo síndrome laboral que denominaron boreout. En inglés el término significa "estar aburrido hasta el cansancio". Este fenómeno se produce cuando existe la combinación peligrosa de tres elementos: aburrimiento del trabajo, escasa exigencia por parte de los superiores y desinterés debido a la ausencia de tareas.

Como consecuencia, al cabo de un tiempo, el individuo termina por sentirse desesperado, insatisfecho, pierde todo interés y aunque resulte paradójico, intenta evitar que le asignen nuevas cosas que hacer. Para ello desarrolla una serie de estrategias que van desde fingir que tiene mucho trabajo, pasando por alargar más de lo necesario la culminación de las tareas, hasta terminarlas lo antes posible para (sin decir que las ha concluido) poder dedicarse a sus actividades personales.

Karoshi: trabajar hasta morir
Es un término que proviene de Japón y sirve para señalar las muertes producidas por exceso de trabajo en ambientes sumamente competitivos y en los que se exigen altísimos niveles de producción. La defunción por Karoshi es súbita y sobreviene por derrame cerebral o insuficiencia cardiaca o respiratoria debido al exceso de fatiga.

Las personas más propensas tienen entre 40 y 50 años y más de la mitad son ejecutivos, empleados de oficinas y funcionarios públicos. Un factor de riesgo importante es el excesivo número de horas de trabajo. Hoy día las jornadas de los ejecutivos y de los profesionales que trabajan por su cuenta se prolongan sin límite, lo que conduce a un exceso de estrés físico y mental que les pone en situación de riesgo. Ni que decir de las dobles jornadas de las mujeres que laboran tanto fuera como dentro de casa.

Tecnoestrés: fatiga informativa
Es un síndrome con dos caras: por una parte, aparece en personas que deben trabajar largas jornadas con computadoras, creándoles un alto grado de dependencia; ya que, al tener cierto dominio en el uso de la tecnología o cuando ésta no representa un problema, es habitual que el individuo se dedique a experimentar sobre las posibilidades y atracciones que ofrece la máquina, de modo que incurre paulatinamente en hábitos repetitivos y sin sentido: consultar muchas veces por día su correo electrónico, navegar por Internet sin saber qué está buscando y estar siempre pendiente del teléfono celular.

También se puede presentar cuando el trabajador tiene que aprender a hacer uso de la computadora, es decir, verse obligado a adquirir nuevos conocimientos muy rápidamente, sin cometer errores y bajo la presión de sus jefes, por lo que es común que experimente ansiedad, inseguridad y sentimiento de incompetencia, lo que puede desencadenar, sobre todo en personas de mayor edad, aversión hacia las nuevas herramientas, e incluso solicitar cambio de puesto o deserción en el trabajo.

A esto deben agregarse manifestaciones corporales como dolor en cuello, espalda, brazos y hombros, ojos irritados, dificultad para conciliar el sueño, nerviosismo y mala digestión.

Estancamiento laboral: grandes expectativas poca motivación

Fenómeno muy extendido en las empresas públicas que afecta sobre todo a los profesionales que, tras varios años en la misma compañía, descubren que no tienen oportunidades de evolucionar en el ámbito profesional; frustración que aumenta si tampoco se incrementa el sueldo.
Suelen ser personas con grandes expectativas personales y que sienten constantemente la necesidad de plantearse nuevos retos, ya que una vez alcanzan sus objetivos la motivación decae.

Munchausen profesional: enfermar sin remedio
Es el síndrome de fingirse enfermo. Las personas afectadas por él se provocan síntomas externos (incluso a través de la ingesta de sustancias tóxicas) que pueden llevarle a la hospitalización. Este es un síndrome muy complejo y los expertos consideran que está más relacionado con la necesidad de llamar la atención que con el interés por ausentarse del trabajo.

Hoy día, en las consultas de los especialistas, se multiplican los casos de quienes padecen extrañas dolencias, causadas por estrés laboral, y que socavan su sistema inmunológico. Lo que tienen en común la mayoría de estos casos, son las situaciones de sobrecarga de trabajo, ambiente hostil, y acoso laboral.
Como se aprecia, las relaciones con jefes y compañeros, la organización de las tareas, las oportunidades de desarrollo profesional, entre muchas otras causas, afectan al bienestar personal y social de los trabajadores, y no siempre de una manera positiva.

Fuente: Estampas - El Universal.

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