jueves, 25 de noviembre de 2010

Pieles morenas radiantes

A la hora del maquillaje existe una amplia gama de tonos que da personalidad a la mujer de piel oscura y, por supuesto, resalta su belleza. Acá una guía que le ayudará a reconocerlos.

Para los especialistas el maquillaje es un arte donde el cuerpo humano se utiliza como lienzo para resaltar, a partir de la aplicación de los colores adecuados, los matices de la belleza que se esconden en esa piel. Por eso, las características físicas de la persona sobre la que se plasmará la labor, condicionarán el resultado final del mismo. En este sentido, debe tenerse en cuenta que no pueden seguirse los mismos criterios a la hora de pintar una piel blanca que al trabajar sobre pieles oscuras. Cada una requiere de unas pautas básicas que, si se cumplen meticulosamente, llevarán a realizar un trabajo con éxito.

"Por lo general, la piel oscura tiene la ventaja de que suele tener una textura más lisa que la blanca y casi siempre con muy poco acné. Eso no quiere decir que no haya personas de tez morena que no tengan ese problema, pero no es lo usual. Además, es una epidermis más fuerte y resistente, menos problemática en lo que se refiere a las alergias, a producir enrojecimiento. Por el contrario, en muchas pieles blancas el sólo hecho de pasar la mota puede causar problemas", afirma Ana Peña, cosmetóloga integral del salón de belleza Sandro. En cuanto a los cuidados, debe ser igual que para todo tipo de piel: limpieza, tonificación e hidratación. Para la especialista "la regla de oro para conseguir un buen maquillaje en una tez oscura es contar con los materiales adecuados".

La base, el rostro perfecto

El tono de la piel varía considerablemente entre las mujeres morenas y negras, por eso ubicar la base adecuada constituye un reto. Los expertos proponen cuatro aspectos a considerar.

1. Observar el producto bajo luz natural, ya que la iluminación artificial suele distorsionar los colores.

2. Probar la base sobre la línea de la mandíbula o en el cuello, pero no en la mano o en la muñeca. El color del cuello es igual al del rostro, pero sin sombras o imperfecciones.

3. Elegir el tono que más se asemeje al de la piel. La clave está en escoger aquel que no pueda verse porque se difumina con la epidermis.

4. Dar con el grado de cobertura que desea obtenerse: ligera, media, total.

Un especialista de la firma Helena Rubisntein en Venezuela afirma: "el color de base ideal debe ser lo más parecido al tono de piel. Si se elige uno más oscuro la tez pierde luminosidad y si se escoge una base más clara puede lograrse el indeseado efecto máscara. Hay zonas del rostro en las que necesitamos luz, como son la frente, nariz, barbilla y las sienes, y otras en las que precisamos profundidad, como marcar los pómulos, las aletas de la nariz y el mentón". Por eso, lo aconsejable es experimentar un poco con los tonos, para minimizar las dudas y lograr un rostro impecable.

Por su parte Ana Peña, ofrece alguno de sus secretos para obtener un cutis perfecto en las pieles oscuras:
•Tener el rostro preparado; es decir, limpio y bien hidratado.

•Aplicar el corrector; si hay alguna sombra o imperfección lo primero que hay que hacer es taparla.

•Colocar la base, que debe ser muy parecida al color de la piel y el hidratante con bloqueador solar (y que dure por muchas horas).

•Luego, utilizar un polvo suelto traslúcido.

•Proceder a la porcelanización, que consiste en humedecer la cara con un spray, inmediatamente pasarle las manos de manera que seque rápido, una vez seca se vuelve a colocar la misma base. "Esto se hace para lograr un mejor acabado. Es un buen truco; la aplicación con la mano da una textura diferente a la que se obtiene cuando se aplica con brocha o esponja, no deja ningún tipo de rayas o marcas indeseadas. Además —continúa la cosmetóloga— logramos sentir la piel para no acartonarla y poder palpar lo pesado o ligero que está el maquillaje o lo mal o bien difuminado que se encuentra. Todo eso se siente a través de los dedos". Luego, colocar polvo compacto, que debe ser un poco más claro que la base, nunca el mismo tono porque se oscurece aún más el rostro.

•Contornear los pómulos con un toque de rubor. Tonos como el ciruela y la gama de los canela son adecuados para la tez oscura, mientras que colores como melocotón, miel y albaricoque son los apropiados para una tez mediana y clara.

De esta forma ya la piel está preparada para recibir el resto del maquillaje. Los colores se difuminarán con una facilidad impresionante.

El secreto de la mirada

La selección del color para esta zona ya no dependerá del tono de la piel, sino de la forma de los ojos. Para proceder a pintarlos lo primero será elegir los tonos, y éstos dependerán del vestuario y la ocasión. En cuanto a las sombras, todos los colores pueden adaptarse bien en pieles oscuras, pero, por ejemplo, para respetar la armonía de una tez marrón amarillenta, los colores que dan los efectos más naturales son los cálidos. Es necesario, para trabajar bien el maquillaje de ojos, tener un concentrado fuerte en pigmentos, porque son aplicados sobre un párpado naturalmente coloreado. Las tonalidades marrón-chocolate, ciruela, morados, azul-morado, y violetas oscuros, resaltan el tono natural de este tipo de dermis, resultando favorecedores.

Para Peña "lo importante es ver cuál es el tipo de ojo que la persona posee. Por ejemplo, si se trata de unos ojos hundidos, pequeños y achinados, lo conveniente es trabajar con tonos arena claro para sacarlos por encima, y por debajo se aplica delineador negro. Ahora bien, si se trata de unos ojos saltones, usualmente se maquillarán con tonos oscuros, marrones y negros muy bien difuminados, independientemente de que sea para una novia. Puede ponerse algo de beige, pero muy desvanecido y sólo debajo de las cejas".

Labios, sacar el mayor partido

A la hora de escoger el labial lo primordial es observar la forma de la boca, si ésta presenta un volumen considerable se aplicará un tono mate, para no resaltar más su volumen. Lo primero que hay que hacer es iluminar el contorno de los labios superior e inferior, para destacar más y dar mayor vistosidad, con polvos sueltos iluminadores. Luego, perfilarlos con un tono marrón oscuro y posteriormente rellenarlos con los colores que más favorecen a las pieles morenas: marrones-chocolates, carmín-vino, granate y ciruela. Los labios cortos y gruesos se trabajan con tonos marrones, caramelo y, sobre todo, con brillos de larga duración. El consejo de los expertos para aquellas personas que desean utilizar el color rojo es que se decanten por el vino tinto, ya que por ser un tono oscuro recoge visualmente el labio. Sin embargo, todo dependerá de la ocasión, el vestuario, la forma de la cara y de la boca.

Fuente: Estampas - El Universal.

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