La voz tiene una capacidad limitada
de uso que depende de cada persona y de cómo la utiliza. El 5% de la población
sufre algún trastorno de la voz que requiere atención médica por parte de un
especialista que tenga los conocimientos para la prevención, el diagnóstico y
el tratamiento de las patologías relativas a la voz.
Tanto en niños como en adultos, la
causa más frecuente de los trastornos vocales es el mal uso y el abuso vocal,
es decir, el esfuerzo vocal excesivo, lo cual conlleva a una disfonía.
Las disfonías se clasifican en
funcionales, órgano funcionales y orgánicas. En las primeras no existe una
lesión anatómica evidente, en las segundas el mal uso de la voz produce la
lesión, como nódulos y pólipos y en la tercera existe una alteración del órgano
fonador que no es causada por el mal uso o abuso de la voz; tales como
parálisis de cuerdas vocales, enfermedades endocrinas y cáncer de laringe entre
otros.
Los maestros y profesores son los
profesionales más afectados por las disfonías, seguidos por locutores,
cantantes y periodistas entre otros, quienes utilizan la voz como herramienta
de trabajo; de hecho a estas patologías se les ha llamado enfermedades profesionales.
La patología benigna más frecuente en
relación a las cuerdas vocales es la presencia de nódulos, que se sitúa entre
un 17 y 24%. Se producen en forma habitual entre la segunda y quinta década de
la vida, de forma predominante en las mujeres. En los varones, sin embargo, es
más frecuente la existencia de pólipos, en una proporción de 4:1, entre la
tercera y sexta década de la vida.
El cáncer de laringe puede
manifestarse desde sus etapas tempranas con alteraciones en la voz; sobre todo
en pacientes con antecedentes tabáquicos y alcohólicos.
El hablar excesivamente, con una
intensidad o tono superior al normal, especialmente si se hace con rapidez,
forzar la vocalización, gritar, carraspear y toser en exceso o cantar con una
técnica inadecuada provoca lesión al aparato fonador. La situación empeora si
en el ambiente hay un excesivo ruido que obliga a subir la voz, hay
contaminación con polvo, humo de cigarrillo o gases nocivos. El consumo de
tabaco y de alcohol es también perjudicial para la mucosa vocal.
En los niños la causa más frecuente
es el abuso de los gritos y el hablar en voz alta.
Actualmente gracias a los avances en los recursos diagnósticos en las patologías de la voz, se ha mejorado el tratamiento y pronóstico de estas enfermedades.
Actualmente gracias a los avances en los recursos diagnósticos en las patologías de la voz, se ha mejorado el tratamiento y pronóstico de estas enfermedades.
Una vez diagnosticados estos
problemas, el tratamiento se basará sobre tres pilares fundamentales que son
medicación, rehabilitación y cirugía. Un gran porcentaje de los casos se
recuperan solo con rehabilitación. Las medidas preventivas siempre deben ser consideradas.
Es fundamental manejar estos casos en equipos multidisciplinarios, donde
participan según el caso Foniatras, Logopedas, Profesores de canto, Psicólogos
y Profesores.
Los
Otorrinolaringólogos recomiendan las siguientes normas para el cuidado de la
voz:
1. Evitar el ruido del
medio ambiente porque obliga a elevar el tono de voz
2. Hablar con las
posibilidades de cada uno, con una postura y voz adecuada, sin agotar todo el
aire de los pulmones y sin que se noten las venas del cuello.
3. Evitar tóxicos como
el tabaco, polvo, gases nocivos y otros irritantes.
4. Mantener una buena
hidratación, ingiriendo de 8 a 10 vasos de agua (sobre todo si se habla más de
cuatro horas diarias que es la capacidad media de fonación)
5. Evitar el
aclaramiento de la garganta
6. Dormir las horas
suficientes
7. No gritar
8. Mantener alejadas
las tensiones psicológicas que aumentan el grado de contracción de las cuerdas
vocales.
9. En relación a los
niños se aconseja que los adultos no hablen fuerte o griten en presencia de
ellos, porque estos tienden a imitarlos y que respeten su turno de palabra
cuando hablan con ellos, porque si no estos reaccionan gritando. Así mismo
evitar que el niño imite sonidos con emisiones guturales o roncas.
Finalmente se recomienda que
cualquier persona con problemas de la voz, acuda al Otorrinolaringólogo cuando
la alteración se prolongue durante más de quince días a pesar del tratamiento
adecuado o cuando las manifestaciones sean recurrentes.
Fuente: EL Impulso